La Casa de la Cultura celebra sus 70 años de existencia y lo hace con un cronograma semanal que incluye, danza, libros, pintura, exposiciones…, entre otros. El presidente de la institución en Imbabura conversó con Diario La Hora respecto a los retos que se vienen para la casona de la cultura de la provincia.
¿Qué significa la Casa de la Cultura en el imaginario de la sociedad imbabureña?
La Casa de la Cultura Benjamín Carrión nació hace 70 años, bajo los auspicios y el impulso de Manuel Benjamín Carrión. Él la fundó con el afán de que todas las corrientes culturales tengan cumplida realización. Después de todos estos años se ve que funciona y por ello tiene su matriz en Quito y a su alrededor 23 núcleos funcionando en las provincias del país.
Respecto al núcleo de Imbabura, puedo decir que somos una entidad que está sintonizando con la contemporaneidad. Aquí tienen cabida todas las corrientes del pensamiento, todas las etnias, no solo los intelectuales de renombre, sino intelectuales de renombre que buscan poner a flote su talento y su creatividad en el ámbito de la cultura.
¿Cuál el es reto para la cultura en la actualidad?
La Casa de la Cultura se ha abierto también al arte. Aquí nosotros tenemos tres salas de arte contemporáneo. Aquí en el núcleo de Imbabura contamos con 125 miembros y estamos distribuidos en áreas. Hay el área de artes, de literatura… Cada una de ellas van componiendo el quehacer cultural en la provincia y ese es el reto, que cada una logre difundirse y llegar a la ciudadanía.
¿Cuál es la función de los miembros?
Cada uno en su ámbito van aportando en lo cultural e intelectualmente. Gracias a ellos tenemos publicaciones que se realizan durante períodos de tiempo. Se publican revistas, periódicos…
¿Cómo funciona la estructura administrativa de la entidad en la provincia?
En la parte administrativa somos apenas ocho funcionarios, comenzando por quien habla. En mi caso, la presidencia. Tenemos la secretaría, una persona que está a cargo de la parte informática, tenemos tesorería, la biblioteca y dos personas que conforman el personal de apoyo.
Nosotros no hemos inflado el rubro de personal, pero con la coordinación de todos, las cosas van saliendo. Hay un directorio, que es elegido de manera democrática, que va coordinando y en base a ello, los departamentos van funcionando.
¿El personal que opera es suficiente?
No es suficiente. La parte presupuestaria ha sido un óbice para que tengamos un personal más completo. Si hace falta. Por ejemplo, la señora secretaria es también jefa de talento humano. Entonces cada uno cumple varias responsabilidades y gracias a eso hemos podido hacer obra. Si tuviéramos una gran cantidad de gente trabajando, no tendríamos el complejo cultural que tenemos actualmente, no se podrían organizar los eventos culturales que ya están institucionalizados en la provincia.
Se distribuye el presupuesto de una mejor manera y vamos atendiendo como se merece la parte cultural.
¿Cuál es el presupuesto anual para el Núcleo de Imbabura?
El Ministerio de Finanzas nos entrega una presupuesto anual de 200 mil dólares, que en realidad es bajo para lo que se tiene que hacer.
¿Qué parámetros debe cumplir un artista para presentar su obra en alguna de las salas que manejan?
El artista se acerca acá, dialoga con el presidente, expone a través de un catálogo su obra y con mucho gusto se le abren las puertas. Varios han llegado y han expuesto. Tenemos dos salas de arte: Rafael Troya y Luis Toro Moreno.
Una vez que nos ponemos de acuerdo en la fecha, acá le ayudamos con un catálogo de exposición. Ese es el mecanismo que se sigue.
No solo eso, por ejemplo tenemos a Nicolás Herrera, que es otro gran artista de la provincia. Él tiene su museo en Yahuarcocha y con él también coordinamos para que organicen exposiciones locales, nacionales e internacionales.
¿Y cuáles son los parámetros estéticos que se deban cumplir para que sea aceptada una exposición?
El directorio es el que se encarga de eso, a través del presidente. Tenemos también instituciones que buscan el apoyo de la Casa. Aquí dentro funciona el Centro de Gráficas Internacionales, que es una institución adscrita al núcleo, que cuenta también con el auspicio de la Universidad Simón Bolívar. La idea es prestigiar el talento local a cualquier nivel.
¿Con las obras que se publican se sigue el mismo proceso?
Aquí tenemos varias colecciones. Por ejemplo, la colección Tatuando, que ya va por el número 185. Esa es de los miembros que han pedido que se publiquen sus obras y también de gente que no está dentro de la Casa de la Cultura, pero que son gestores culturales, intelectuales, gente que colabora en parroquias y que tiene el talento para escribir. Cuando presentan su obra se revisa. De eso se encarga el comité editorial y se procede a la publicación.
¿Qué otros productos se publican desde este núcleo?
Tenemos la colección Carangue, que nació para aquellas obras de escritores imbabureños que yo no están presentes, pero que dejaron su obra escrita y esa obra vale la pena volver a publicar. También está la colección Pichaví, que es para escritores connotados ecuatorianos e imbabureños.
Los niños también tienen la oportunidad de escribir sus obras y nosotros las publicamos, en la colección de Cuentos para Niños. Tenemos la revista juvenil Colibrí, que da cabida a estudiantes y gente joven de distintas partes que piden que sus artículos sean publicadas.
Están los poemarios, que pertenecen a la colección José Ignacio Burbano.
También está la revista Palabra de Mujer, que es una revista para la mujer y es intercultural.
Hay otro espacio que iniciamos este año, que se llama Por los Senderos de Imbabura, que consiste en que vamos visitando las parroquias y colaboramos con el arte, danza, música…
¿La gente responde a estos productos?
Por ejemplo, en los jueves académicos hacemos la presentación de las obras y generalmente asisten una 100 personas en promedio. Así que si hay respuesta.
¿Cuál es el reto que se plantea para el futuro inmediato?
El reto fundamental es abrirnos al turismo. Ya hemos trabajado casa adentro. Tenemos dos museos pequeños, que recogen momentos históricos. Tenemos también el complejo cultura. Era una hacienda gigante, que perteneció a la familia Jijón y a los Gómez de la Torrey fue visitado por Simón Bolívar. En uno de los museos tenemos el encuentro imaginario de una de esas visitas justamente en lo que era esta hacienda de Pilanquí.
No se trata de recoger cosas antiguas, sino de recoger las corrientes culturales y no dejar que se olviden. (RE)
Actividades
70 años CCE-I
Martes
Hora:17:00
Evento: Festival Internacional de Tríos
Lugar: Teatro Imbabura
Miércoles
Hora: 15:00
Evento: Festival de Danza
Lugar: Teatro Imbabura
Jueves
Hora: 17:00
Evento: Presentación de libros
Lugar: Sala José Miguel Leoro Vásquez
Viernes
Hora: 10:00
Evento: Recital de Guitarras y Violines
Lugar: Teatro Imbabura
Frases
“Con estos eventos queremos resaltar los 70 años de la Casa de la Cultura y celebrar, simultáneamente, el día de la cultura”.
“No se trata de recoger cosas antiguas, sino de recoger las corrientes culturales y no dejar que se olviden”